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Poliomielitis: Diagnóstico y Estrategias de Prevención

Introducción

La poliomielitis, una enfermedad viral altamente contagiosa, ha sido durante décadas un importante problema de salud pública a nivel mundial. Aunque la introducción masiva de programas de vacunación ha reducido drásticamente la incidencia, los recientes brotes en países con sistemas de salud debilitados o con conflictos armados han subrayado la importancia de una vigilancia constante. Este artículo proporciona una actualización técnica detallada sobre la poliomielitis, desde su fisiopatología hasta las estrategias más avanzadas de prevención, con un enfoque dirigido a los profesionales de la salud.

Etiología

La poliomielitis es causada por el poliovirus del género Enterovirus y familia Picornaviridae. El virus presenta tres serotipos distintos (PV1, PV2, PV3), siendo el PV1 el responsable de la mayoría de los casos de poliomielitis paralítica. Este virus es de ARN monocatenario, envuelto en una cápside icosaédrica sin envoltura, lo que lo hace resistente a las condiciones del tracto gastrointestinal. La replicación del virus ocurre en el tejido linfoide de la faringe y el intestino, y se disemina a través de la vía hematógena para invadir el sistema nervioso central (SNC), especialmente las motoneuronas del asta anterior de la médula espinal.

Poliomielitis

Fotomicrografía de un espécimen de biopsia de músculo esquelético (tinción H&E; aumento alto)

La fibrosis intersticial (ejemplos indicados con puntas de flecha) y la distrofia miotónica (ejemplos marcados con una capa amarilla) debido a la extinción de las motoneuronas alfa (denervación), secundaria a la infección por poliovirus, se pueden ver a la izquierda, mientras que todavía hay varias fibras musculares intactas visibles en la mitad derecha de la imagen (ejemplos marcados con una superposición azul).

Este aspecto es característico de la poliomielitis.
Poliomielitis
Fotomicrografía de un espécimen de biopsia de músculo esquelético (tinción H&E; aumento alto)
La fibrosis intersticial (ejemplos indicados con puntas de flecha) y la distrofia miotónica (ejemplos marcados con una capa amarilla) debido a la extinción de las motoneuronas alfa (denervación), secundaria a la infección por poliovirus, se pueden ver a la izquierda, mientras que todavía hay varias fibras musculares intactas visibles en la mitad derecha de la imagen (ejemplos marcados con una superposición azul). Este aspecto es característico de la poliomielitis.
Lesiones de la médula espinal
Representación transversal de la neuroanatomía de la médula espinal y de las diferentes lesiones regionales (púrpura).
A) Síndrome de la médula central: paresia bilateral
B) Síndrome de la médula anterior: parálisis motora bilateral, pérdida de la sensibilidad al dolor y a la temperatura, y disfunción autonómica
C) Síndrome de la médula posterior: pérdida ipsilateral de la propiocepción, de la vibración y de la sensibilidad táctil
D) Atrofia muscular espinal, poliomielitis: paresia bilateral progresiva
E) Esclerosis lateral amiotrófica: paresia bilateral progresiva
F) Tabes dorsal: pérdida bilateral progresiva de la propiocepción, la vibración y la sensibilidad táctil
G) Vitamina B 12 Deficiencia: pérdida de la propiocepción, la vibración y la sensibilidad táctil, ataxia y parestesia persistente

Epidemiología de poliomielitis

Históricamente, la poliomielitis fue una de las principales causas de discapacidad infantil. Gracias a las campañas de vacunación, se ha logrado una reducción significativa en la incidencia mundial, con solo unos pocos países que aún reportan casos endémicos, como Afganistán y Pakistán. Sin embargo, los casos de poliomielitis derivados de la vacuna (VDPV, por sus siglas en inglés) y los brotes en zonas de baja cobertura vacunal siguen siendo un desafío. La tasa de contagio es alta, con un índice de reproducción básico (R0) que oscila entre 5 y 7, lo que significa que un individuo infectado puede contagiar a entre 5 y 7 personas susceptibles.

Mecanismos de Transmisión

El poliovirus se transmite principalmente a través de la vía fecal-oral, facilitado por condiciones de saneamiento deficiente. La transmisión también puede ocurrir a través de gotas respiratorias, aunque es menos común. Una vez que el virus ingresa al organismo, se replica en la mucosa intestinal, desde donde puede excretarse durante varias semanas, lo que convierte a los individuos infectados, especialmente a los portadores asintomáticos, en fuentes importantes de transmisión.

Cuadro Clínico de poliomielitis

Las manifestaciones clínicas de la poliomielitis dependen de la afectación del sistema nervioso central y del grado de diseminación viral. Existen cuatro formas clínicas principales:

  1. Infección asintomática (90-95%): La mayoría de las personas infectadas no presentan síntomas pero pueden excretar el virus en sus heces, contribuyendo a la transmisión.
  2. Poliomielitis abortiva (4-8%): Se presenta con síntomas leves e inespecíficos, como fiebre, cefalea, malestar general, dolor de garganta, vómitos y fatiga. Estos casos se autolimitan en pocos días.
  3. Poliomielitis no paralítica (1-2%): En esta forma, los pacientes presentan síntomas meníngeos, como rigidez de nuca, dolor muscular y articular, con signos de irritación meníngea sin progresión a parálisis.
  4. Poliomielitis paralítica (<1%): Es la forma más grave, caracterizada por parálisis flácida asimétrica que afecta principalmente las extremidades inferiores. Puede afectar los nervios craneales y, en casos severos, comprometer la función respiratoria y causar parálisis bulbar, lo que incrementa la mortalidad.

Diagnóstico

El diagnóstico de la poliomielitis requiere una alta sospecha clínica en pacientes con síntomas neurológicos agudos. Los métodos diagnósticos incluyen:

  1. Aislamiento viral: El poliovirus puede ser aislado en cultivos de muestras de heces, garganta o líquido cefalorraquídeo (LCR). La recolección de muestras debe realizarse en las primeras etapas de la enfermedad.
  2. Reacción en cadena de la polimerasa (PCR): Esta técnica es fundamental para la detección rápida y precisa del virus, permitiendo diferenciar entre los serotipos y distinguir entre poliovirus salvajes y poliovirus derivados de la vacuna.
  3. Estudios de LCR: En la poliomielitis no paralítica, el análisis del LCR puede mostrar pleocitosis linfocitaria moderada y niveles elevados de proteínas.
  4. Electromiografía (EMG): En los casos de poliomielitis paralítica, puede revelar denervación en los músculos afectados.

Tratamiento

No existe un tratamiento antiviral específico para la poliomielitis. El manejo de los pacientes se centra en el tratamiento sintomático y de soporte:

  • Terapia física y rehabilitación: En los casos de parálisis, la fisioterapia es crucial para prevenir contracturas y mejorar la movilidad. Los programas de rehabilitación a largo plazo pueden ayudar a maximizar la recuperación funcional.
  • Asistencia respiratoria: En casos graves de parálisis bulbar o insuficiencia respiratoria, puede ser necesario el uso de ventilación mecánica o dispositivos de soporte ventilatorio, como los respiradores de presión negativa.
  • Cuidados de soporte: Incluyen manejo del dolor, prevención de úlceras por presión y mantenimiento del equilibrio electrolítico.

Prevención: Estrategias de Vacunación

La vacunación es la medida más efectiva para la prevención de la poliomielitis. Existen dos tipos de vacunas utilizadas a nivel mundial:

  1. Vacuna inactivada contra la poliomielitis (IPV): Administrada por vía intramuscular, contiene una versión inactivada del virus que no conlleva el riesgo de revertirse a una forma virulenta. Induce una excelente inmunidad humoral y es la opción preferida en las regiones donde se ha erradicado el poliovirus. Sin embargo, no induce una inmunidad mucosa significativa, que es esencial para detener la transmisión del virus.
  2. Vacuna oral contra la poliomielitis (OPV): Esta vacuna, administrada por vía oral, contiene poliovirus vivos atenuados y proporciona inmunidad humoral y mucosal. Se utiliza ampliamente en campañas de vacunación masiva debido a su bajo costo y facilidad de administración. Sin embargo, conlleva un riesgo poco frecuente de aparición de poliovirus de origen vacunal (VDPV), especialmente en áreas con baja cobertura de inmunización.

Desafíos Globales y Estrategias de Erradicación

La Iniciativa Global para la Erradicación de la Poliomielitis (GPEI) ha sido fundamental en la reducción del número de casos a nivel mundial. Sin embargo, los retos para la erradicación completa de la poliomielitis persisten:

  1. Cobertura de vacunación insuficiente: En áreas de conflicto o con sistemas de salud debilitados, la baja cobertura vacunal sigue permitiendo la circulación del virus.
  2. Poliovirus derivados de la vacuna (VDPV): En zonas con baja cobertura de OPV, la reintroducción del poliovirus derivado de la vacuna puede generar nuevos brotes.
  3. Resistencia comunitaria: La desinformación y la resistencia a la vacunación en algunas comunidades han sido barreras importantes para la erradicación del virus.

Conclusión

La poliomielitis sigue siendo un desafío para la salud global, particularmente en zonas con dificultades de acceso a la vacunación. La vigilancia epidemiológica constante, la coordinación internacional y los esfuerzos para incrementar la cobertura de vacunación son esenciales para lograr la erradicación total de esta enfermedad. Los profesionales de la salud desempeñan un papel clave en la identificación temprana de casos y en la educación sobre la importancia de la vacunación para prevenir su resurgimiento.

Día Mundial de la Poliomielitis: Un Recordatorio de la Lucha por la Erradicación

El 20 de Octubre es el Día Mundial de la Poliomielitis, recordamos a las millones de personas que han sido afectadas por esta devastadora enfermedad y celebramos los logros alcanzados en la lucha por su erradicación. La poliomielitis, que una vez causó parálisis y muerte en todo el mundo, está cada vez más cerca de ser completamente erradicada gracias a los esfuerzos globales de vacunación y las campañas de concienciación.
Rendimos homenaje a los trabajadores de la salud, científicos, organizaciones y voluntarios que incansablemente han luchado por erradicar la poliomielitis, y reafirmamos nuestro compromiso con las generaciones futuras para asegurar que ningún niño vuelva a sufrir las consecuencias de esta enfermedad prevenible.

¡Juntos podemos lograr un mundo libre de poliomielitis!

Fuentes y enlaces

  1. OMS – Poliomielitis: https://www.who.int/es/health-topics/poliomyelitis
  2. CDC – Poliomyelitis (Polio): https://www.cdc.gov/polio/index.htm
  3. Iniciativa Global para la Erradicación de la Poliomielitis (GPEI): https://polioeradication.org/
  4. NIH – Información sobre Poliomielitis: https://www.nih.gov/news-events/polio
  5. MedlinePlus – Poliomielitis: https://medlineplus.gov/spanish/polio.html
  6. The Lancet – Polio Research: https://www.thelancet.com/journals/lancet/issue/vol385no9976/PIIS0140-6736(15)X0044-0
  7. New England Journal of Medicine – Polio Updates: https://www.nejm.org/search?q=polio
  8. JAMA – Poliomyelitis Research: https://jamanetwork.com/searchresults?query=polio

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