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La polémica de Electrolit: campaña política, médicos “influencers” y la pugna por el abasto farmacéutico

Electrolit se ha convertido en el epicentro de una fuerte polémica nacional que trasciende el ámbito médico y empresarial. En las últimas semanas, la reconocida bebida rehidratante fabricada por Laboratorios PiSA ha sido objeto de una campaña de desprestigio impulsada desde redes sociales, aparentemente coordinada con intereses políticos y fiscales del gobierno federal. Médicos con dudosa reputación, influencers de salud y legisladores se han involucrado en una narrativa que mezcla salud pública, impuestos y control informativo. Este episodio revela no solo un conflicto entre una farmacéutica y el Estado, sino también una peligrosa tendencia: la utilización del discurso médico y sanitario como herramienta política.

La polémica de Electrolit: médicos, redes sociales y decisiones políticas en torno a una bebida que dividió a la opinión pública en México.
La polémica de Electrolit: médicos, redes sociales y decisiones políticas en torno a una bebida que dividió a la opinión pública en México.

Qué ha pasado: cronología y hechos relevantes

1. Origen de la polémica

  • En redes sociales comenzaron a circular varios videos de “médicos influencers” y creadores de contenido criticando Electrolit, acusándolo de tener “exceso de azúcar”, de no portar sellos nutricionales y de aprovechar un registro como medicamento para evadir impuestos.
  • Uno de los casos más destacados fue el del creador Octavio Arroyo, alias Mr. Doctor, quien denunció públicamente que le ofrecieron 48,000 pesos por producir contenido negativo contra la bebida.
  • Tras revelar el intento de soborno, varios influencers eliminaron sus videos, alimentando la sospecha de una campaña pagada de desprestigio dirigida contra la marca y su fabricante, Laboratorios PiSA.
  • Fuente: El Imparcial

2. Interés político y fiscal detrás del conflicto

  • Paralelamente, legisladores del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y del Partido del Trabajo (PT) impulsaron una iniciativa para reclasificar los sueros orales (como Electrolit) fuera de la categoría de medicamento, etiquetándolos como bebidas azucaradas.
  • De aprobarse, estos productos quedarían sujetos al IVA, IEPS y sellos de advertencia de la NOM-051.
  • Se estima que la medida podría representar entre 3,500 y 5,000 millones de pesos adicionales en recaudación fiscal.
  • La coincidencia temporal entre la propuesta legislativa y la ola de videos en redes sociales levantó sospechas sobre una estrategia política coordinada.
  • Fuente: El País

3. Quién está detrás de Electrolit y PiSA

  • Electrolit pertenece a Laboratorios PiSA, una empresa mexicana con más de 75 años en el sector farmacéutico.
  • Su actual presidente es Carlos Álvarez Bermejillo, quien ha defendido que el producto cumple todas las normas sanitarias y que la clasificación como medicamento está plenamente justificada por su función terapéutica.
  • PiSA ha mantenido una relación tensa con el gobierno: ha sido señalada por presuntos incumplimientos de contratos, pero también ha sido proveedora esencial para el sistema público de salud.
  • Fuente: El País

Crítica al gobierno: tácticas, contradicciones y riesgos

Uso político de la regulación sanitaria

La reclasificación de sueros orales no parece ser solo una cuestión técnica o fiscal, sino una forma de ejercer presión sobre una empresa que ha sido incómoda para el gobierno. El uso discrecional de la regulación sanitaria como herramienta política amenaza la transparencia institucional y envía un mensaje preocupante a otras farmacéuticas: el castigo puede disfrazarse de política pública.

Médicos como instrumentos de propaganda

La participación de médicos con presencia digital en campañas orquestadas sin transparencia erosiona la credibilidad profesional y científica. Si los profesionales de la salud se convierten en voceros políticos o comerciales sin advertirlo, se pierde la línea entre información médica y manipulación mediática.

La contradicción del “abasto controlado”

Mientras la presidenta Claudia Sheinbaum asegura haber resuelto el problema del desabasto de medicamentos —con cifras oficiales que hablan de más del 96% de cobertura—, su administración continúa señalando irregularidades en empresas proveedoras como PiSA.
Esa doble narrativa (“hemos solucionado el abasto” / “las farmacéuticas incumplen”) revela una relación de dependencia y confrontación con el sector privado.
Fuente: El País

Riesgos para la libre competencia

Si productos previamente aprobados como medicamentos son reclasificados por decisión política, se genera inseguridad jurídica, se desincentiva la inversión y se afecta la innovación farmacéutica nacional. La ciencia y la industria médica no pueden depender del capricho del poder político.


Reflexión final: lo que realmente está en juego

La llamada “guerra del Electrolit” va mucho más allá de una bebida o una marca. Es un reflejo de cómo el poder puede distorsionar los mensajes sanitarios y de cómo los intereses políticos y fiscales pueden alterar la percepción pública de la salud.

  • Cuando el gobierno utiliza la ciencia como narrativa política, pierde credibilidad.
  • Cuando los médicos se prestan a campañas sin ética, pierde la profesión médica.
  • Y cuando las empresas farmacéuticas se vuelven peones de disputas partidistas, pierde la sociedad.

En el fondo, esta no es una batalla entre PiSA y el Estado, sino una advertencia sobre cómo la salud pública en México puede convertirse en rehén del discurso y la propaganda.
El ciudadano —el paciente— vuelve a quedar en medio, con más ruido que información y con menos confianza en quienes deberían protegerla.


🔗 Referencias


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