Un hueso fracturado sangra y comienza la reparación ósea, ya que durante un período de horas la sangre en el sitio de la fractura se coagula y forma un hematoma. La curación comienza cuando los osteoclastos en el área eliminan el tejido óseo muerto, mientras que los fibroblastos penetran en el área y construyen un callo fibrocartilaginoso que une el hueso roto. Durante muchas semanas, los osteoblastos transforman el callo en hueso. La remodelación continua y la tensión mecánica ejercida sobre el hueso crean y dan forma al hueso nuevo. Durante un período de meses o años, el hueso recupera su fuerza, forma y estructura interna originales.