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De cigoto a feto


Después de la fertilización, el cigoto se divide a través de la escisión. A medida que las células se multiplican, producen una esfera llamada mórula, que se mueve hacia la cavidad uterina. Aproximadamente seis días después de la fertilización, la mórula se ha convertido en un blastocisto que puede implantarse en la pared del útero y comenzar el período embrionario.

Las células en desarrollo se diferencian en capas que dan lugar a estructuras. Para la cuarta semana de desarrollo, el embrión se ha convertido en un cuerpo oblongo que desarrolla aún más las extremidades, las vértebras y los órganos. En la semana 10 el embrión es un feto. El crecimiento es suministrado por sangre rica en nutrientes que pasa de la placenta a través del cordón umbilical. En el transcurso de aproximadamente 9 meses, o 36 semanas, se forman huesos, músculos, piel y tejidos conectivos, se desarrollan los sistemas corporales y toman forma las extremidades y los rasgos faciales.

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