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Gota


Introducción

La gota es una enfermedad de deposición de cristales de urato monosódico que se caracteriza bioquímicamente por la saturación de urato de líquido extracelular, que se refleja en la sangre por hiperuricemia, con concentraciones de urato sérico o plasmático superiores a 6,8 mg / dL, este nivel de urato es el límite aproximado de solubilidad de urato.

Las manifestaciones clínicas

  • Brotes recurrentes de artritis inflamatoria (brote de gota)
  • Artropatía crónica
  • Acumulación de cristales de urato en forma de depósitos tofáceos
  • Nefrolitiasis por ácido úrico
  • Nefropatía crónica que, en pacientes con gota, se debe con mayor frecuencia a estados comórbidos

Epidemiología

La gota tiende a ocurrir más temprano en la vida en los hombres que en las mujeres y es rara en la infancia. Tanto la incidencia como la prevalencia de la enfermedad aumentaron desde finales de la década de 1970 hasta mediados de la década de 2000 en los Estados Unidos, donde supera el 3 por ciento en adultos.

Manifestaciones clínicas

Brotes de gota

Un brote de gota es típicamente monoarticular e intensamente inflamatorio, que ocurre en las extremidades inferiores. Una variedad de factores dietéticos y físicos, comorbilidades, medicamentos y otros factores pueden predisponer o provocar el brote de gota.

Las articulaciones en otras regiones también pueden estar involucradas, y los pacientes pueden experimentar brotes poliarticulares, que tienen más probabilidades de ocurrir en pacientes con una enfermedad de más larga duración. Los pacientes con gota que han sufrido hiperuricemia crónica pueden desarrollar depósitos tisulares de urato sólido con lesión articular asociada.

Limitaciones de los criterios de clasificación como criterios diagnósticos

Aunque los criterios de clasificación son utilizados con frecuencia en la práctica clínica como criterios diagnósticos, hay que conocer las limitaciones inherentes a emplearlos con tal fin. Los criterios de clasificación se han establecido para seleccionar pacientes que van a ser incluidos en ensayos clínicos o en estudios epidemiológicos y, por tanto, son criterios donde se busca certeza y homogeneidad que agrupen muestras poblaciones comparables entre diversos estudios.

Los criterios diagnósticos, por otro lado, serían aquellos que permiten establecer un diagnóstico preciso en pacientes individuales, y con ese fin utilizan todos los datos diagnósticos disponibles que permitan el diagnóstico del paciente, no sólo los incluidos en los criterios de clasificación, sino todos los factores posibles que nos ayuden al diagnóstico o que puedan producir confusión con otras patologías.

En general los pacientes que cumplen criterios de clasificación pueden ser diagnosticados de esa enfermedad con una especificidad alta, de modo que frecuentemente dichos criterios son la base para confirmar el diagnóstico de sospecha. Lo contrario no siempre es cierto: algunos pacientes que no llegan a cumplir criterios pueden ser también diagnosticados usando datos adicionales a los incluidos en los criterios de clasificación.

En las últimas décadas se han desarrollado múltiples criterios de clasificación de gota. En la actualidad se recomienda el uso de los criterios de clasificación ACR/EULAR 2015.

Criterios de Clasificación ACR/EULAR 2015 (!8 puntos)

Validez de diversos criterios de clasificación de gota

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