Introducción
La evaluación clínica apropiada del paciente con infarto cerebral agudo, es fundamental para definir el tratamiento adecuado y oportuno. En la actualidad, para realizar la evaluación y monitorización del paciente con ataque cerebrovascular (ACV), de una forma estandarizada, se usa la escala de NIHSS “National institute of Health Stroke Scale”.
Es una escala de evaluación sencilla y rápida.
muy útil en el servicio de urgencias tanto para neurólogos como para médicos no neurólogos. Sin embargo, se debe reconocer que su objetivo no es el de sustituir al examen neurológico, sino proveer una herramienta para detectar cuáles pacientes cursan con un ACV agudo.
Hasta la década de los ochenta, los pacientes con sospecha de ACV eran evaluados a través de tres escalas: Toronto Stroke Scale, Oxiburi Initial Severity Scale y Cincinnati Stroke Scale; sin embargo, estas escalas no estaban validadas y tenían una variabilidad importante interevaluador. En 1989, T. Brott y su equipo en el Hospital de Cincinnati ven la necesidad de crear una nueva escala sencilla, fácil, realizable en poco tiempo, que permitiera la evaluación del paciente muy enfermo y, lo más importante, que incluyera los principales signos neurológicos para la identificación de un infarto cerebral. Crean entonces, la escala NIHSS, la cual fue posteriormente validada por Goldstein y colaboradores en ese mismo año.
A través del tiempo, esta escala ha sido validada para el uso de neurólogos, médicos no neurólogos y profesionales de enfermería, ya que cualquier persona con entrenamiento puede aplicar la escala con la precisión de un experto. Ha sido además traducida de forma oficial al alemán, italiano, español y portugués, lo que ha permitido su uso en diferentes países. Dentro de las ventajas de su aplicación, se encuentra la posibilidad de ser fácilmente completada en menos de diez minutos y ser una medida inicial para cuantificar la gravedad.
NIHSS se clasifica en un rango de 0 a 42, siendo 0 sin déficit y 42 el puntaje máximo de gravedad. Se realiza a través de once ítems, que evalúan el estado de conciencia, la orientación, los campos visuales, la mirada, el lenguaje tanto fluencia como comprensión, el habla, la simetría facial, la sensibilidad, la extinción cortical, la fuerza muscular y la taxia de las extremidades.
Asimismo, esta escala ha demostrado tener una buena correlación con el volumen del infarto a los siete días y con el pronóstico de los pacientes medido por la escala de Rankin modificada (mRS). Una puntuación basal en la NIHSS mayor a 17 se relaciona con pobre desenlace y mal pronóstico funcional a largo plazo. Es decir, un puntaje mayor a 17 en las primeras tres horas, mayor a 26 (mayor a 16 con puntaje más de 9 en lo motor) en las primeras cinco horas o mayor a 22 en las primeras 24 horas, es indicativo de mal pronóstico independiente del uso o no de trombolisis. Por otra parte, un puntaje NIHSS mayor a 15 se correlaciona con la oclusión de un segmento principal de la arteria cerebral media (ACM) en más del 90% de los casos con un valor predictivo positivo (VPP) 0,86 y valor predictivo negativo (VPN) 0,95
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