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Rabia – Todo lo que Necesitas Saber

Definición

La rabia es una enfermedad viral zoonótica que afecta el sistema nervioso central de los mamíferos, incluidos los humanos. Es causada por un virus del género Lyssavirus, que pertenece a la familia Rhabdoviridae. Se transmite principalmente por la mordedura de un animal infectado, y una vez que los síntomas clínicos se desarrollan, la enfermedad es casi siempre fatal. La rabia es prevenible mediante vacunación, y su incidencia ha disminuido en muchas regiones gracias a campañas de vacunación en animales.

Hoja informativa sobre la rabia y mapa de mortalidad
La alta tasa de mortalidad por rabia en los países en desarrollo se atribuye a la falta de programas de vacunación para los animales y a que la profilaxis postexposición es inasequible o no está disponible.

Etiología

El agente etiológico de la rabia es el virus de la rabia (RabV), un virus ARN de cadena simple, con forma de bala y de la familia Rhabdoviridae. Este virus se encuentra principalmente en animales, tanto domésticos como silvestres, y la transmisión a los humanos ocurre a través de la saliva de un animal infectado.

  • Reservorios del virus: Los principales reservorios incluyen mamíferos carnívoros como perros, zorros, coyotes, y mamíferos voladores como murciélagos, que son los responsables de la mayoría de las transmisiones en regiones donde el control canino es efectivo.
  • Transmisión: El virus se transmite a través de la saliva de animales infectados, mayormente por mordeduras. En casos raros, puede transmitirse por contacto con la saliva a través de heridas abiertas o mucosas (ojos, boca).

Cuadro Clínico

La rabia presenta varias fases clínicas tras un período de incubación que puede durar de 1 a 3 meses, aunque en algunos casos puede variar de 1 semana hasta más de un año. La presentación clínica varía según la cepa viral, la cantidad de virus inoculado y la localización de la mordedura (mordeduras en áreas como el rostro tienen un período de incubación más corto debido a la cercanía al sistema nervioso central).

Período prodrómico (2 a 10 días): Esta fase inicial es inespecífica y puede incluir síntomas como:

  • Fiebre
  • Fatiga
  • Dolor de cabeza
  • Dolor muscular y articular
  • Malestar general
  • Sensación de picazón, hormigueo o ardor en el sitio de la mordedura (parestesias).

Fase neurológica aguda (2 a 7 días): En esta fase, la rabia puede manifestarse en dos formas clínicas:

  • Rabia furiosa: Representa alrededor del 80% de los casos. Se caracteriza por:
    • Ansiedad, agitación y confusión
    • Alucinaciones
    • Hidrofobia (temor intenso al agua, causado por los espasmos de la musculatura respiratoria y laríngea al intentar tragar)
    • Aerofobia (temor al aire o corrientes de aire)
    • Convulsiones y espasmos musculares.
  • Rabia paralítica o muda: Menos común, representa el 20% de los casos. Los síntomas incluyen parálisis ascendente, que comienza en las extremidades y progresa hacia el tronco y los músculos respiratorios. No suele haber hidrofobia o aerofobia. La progresión es más lenta, lo que a menudo retrasa el diagnóstico.

Coma y muerte: Si no se interviene, la enfermedad progresa rápidamente hacia el coma, fallo multiorgánico y muerte, generalmente debido a insuficiencia respiratoria.

Perro rabioso
Este perro está salivando y hay espuma en su boca porque la infección con el virus de la rabia causa dificultad para tragar. Otros síntomas en los animales incluyen comportamiento anormal, nerviosismo, pérdida de peso, parálisis y ataques epilépticos.

Diagnóstico

El diagnóstico de la rabia se basa en una combinación de la evaluación clínica y pruebas de laboratorio, ya que no existen síntomas específicos que permitan identificar la enfermedad de manera concluyente en etapas tempranas.

  • Evaluación clínica y antecedentes: La sospecha clínica aumenta si el paciente ha sido mordido por un animal no vacunado o en áreas endémicas de rabia.
  • Pruebas de laboratorio: Las pruebas para confirmar el diagnóstico en humanos pueden incluir:
  • Biopsia de piel: Toma de muestra de la nuca para detectar el virus en las terminaciones nerviosas utilizando inmunofluorescencia directa (IFD).
  • PCR: Detecta el ARN viral en saliva, suero, LCR y tejido cerebral.
  • Serología: Presencia de anticuerpos contra la rabia, aunque su utilidad es limitada en fases tempranas.
  • Post mortem: Detección de cuerpos de Negri en el cerebro.
Célula ganglionar con cuerpos de Negri
Fotomicrografía de la muestra de autopsia de tejido cerebral (tinción H&E)
Los cuerpos de Negri (ejemplos indicados con flechas verdes) son cuerpos de inclusión intracitoplasmáticos eosinófilos presentes dentro de los cuerpos celulares y axones de las neuronas infectadas por el virus de la rabia. Aunque la presencia de cuerpos de Negri es patognomónica de la rabia, su ausencia no descarta la infección.

Profilaxis post-exposición a la rabia

Diagnóstico Diferencial

El diagnóstico de la rabia puede ser complicado debido a la similitud de sus síntomas con otras enfermedades neurológicas. Es esencial realizar un diagnóstico diferencial con las siguientes patologías:

  • Meningitis y encefalitis viral (herpes, enterovirus)
  • Tétanos
  • Intoxicación por drogas o toxinas (p. ej., estricnina)
  • Síndrome de Guillain-Barré
  • Neoplasias cerebrales

Tratamiento

Una vez que los síntomas clínicos han aparecido, la rabia es prácticamente incurable y fatal. Sin embargo, la prevención y tratamiento post-exposición son extremadamente efectivos si se administran a tiempo. Las estrategias de tratamiento incluyen:

Tratamiento post-exposición (PEP):

    • Limpieza de la herida: Lavado inmediato y exhaustivo de la herida con agua y jabón durante 15 minutos, seguido de la aplicación de un desinfectante (alcohol, yodo).
    • Vacunación antirrábica: Se administra una serie de dosis de vacuna antirrábica, comenzando lo antes posible tras la exposición. El esquema típico consiste en dosis en los días 0, 3, 7, y 14.
    • Inmunoglobulina antirrábica humana (HRIG): Se administra en casos de exposición grave, especialmente si la mordedura ha sido en áreas críticas como el rostro o manos. HRIG se infiltra directamente en la herida y en zonas cercanas, proporcionando protección inmediata hasta que la vacuna inicie su efecto.

    Tratamiento sintomático: En casos de rabia clínica, el tratamiento se centra en el manejo de los síntomas, con sedantes, antiepilépticos y soporte vital. Sin embargo, la mayoría de los pacientes fallecen a pesar de estas medidas.

      Nuevos Tratamientos o Tratamientos en Investigación

      Uno de los enfoques experimentales más conocidos es el Protocolo de Milwaukee, que consiste en inducir el coma para proteger al cerebro mientras el cuerpo intenta eliminar el virus. Se combina con antivirales potentes como ribavirina y amantadina. No obstante, este tratamiento ha tenido éxito en muy pocos casos y no es considerado un estándar de tratamiento.

      La investigación actual también se centra en el desarrollo de nuevas vacunas de acción más rápida y prolongada, así como la creación de inmunoglobulinas sintéticas más accesibles y seguras.

      Pronóstico

      El pronóstico de la rabia es fatal una vez que los síntomas clínicos han aparecido. Sin embargo, la profilaxis post-exposición es casi 100% efectiva si se inicia a tiempo, antes de la aparición de los síntomas. La vacunación preventiva para personas en riesgo (veterinarios, personal de laboratorio, viajeros a áreas endémicas) también es una medida clave para prevenir la enfermedad.

      Conclusión

      En conclusión, la rabia es una enfermedad viral devastadora pero completamente prevenible si se toman las medidas adecuadas. Aunque una vez que aparecen los síntomas clínicos la enfermedad es casi siempre fatal, la vacunación y la profilaxis post-exposición son altamente efectivas para prevenir su desarrollo. La clave para reducir la mortalidad radica en la educación, la vacunación de animales, y una rápida intervención tras la exposición. Con los avances en tratamientos y las nuevas investigaciones en curso, existe esperanza para mejorar aún más el control de esta enfermedad. Sin embargo, la prevención sigue siendo el pilar fundamental en la lucha global contra la rabia. La colaboración entre la salud pública, la medicina veterinaria y la comunidad es esencial para lograr la erradicación definitiva de la rabia en humanos.

      El 28 de septiembre, conmemoramos el Día Mundial de la Rabia, una jornada dedicada a crear conciencia sobre la importancia de prevenir esta enfermedad viral mortal, que afecta tanto a humanos como a animales. La rabia sigue siendo una amenaza en muchas partes del mundo, pero es completamente prevenible a través de la vacunación y la educación.
      Recordamos a quienes han perdido la vida debido a la rabia y renovamos nuestro compromiso con la eliminación de esta enfermedad. Las vacunas para animales y el acceso a tratamientos post-exposición son nuestras herramientas más poderosas. Juntos, podemos lograr un mundo libre de rabia.
      ¡Infórmate, protege a tus mascotas y contribuye a la erradicación de la rabia!

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      Fuentes y enlaces

      Organización Mundial de la Salud (OMS)

        Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC)

          Mayo Clinic

            MedlinePlus

              Rabies Alliance (Global Alliance for Rabies Control)


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