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ARTRITIS REACTIVA

La artritis reactiva es una enfermedad inflamatoria que se desarrolla como respuesta a una infección bacteriana en otra parte del cuerpo, comúnmente en el tracto gastrointestinal o genitourinario. Esta condición, anteriormente conocida como síndrome de Reiter, es una forma de espondiloartropatía y puede afectar varias partes del cuerpo, incluyendo las articulaciones, los ojos, la piel y el sistema urinario.

CAUSAS

La artritis reactiva suele desencadenarse por infecciones bacterianas, especialmente por Chlamydia trachomatis (una infección de transmisión sexual) y bacterias intestinales como Campylobacter, Salmonella, Shigella y Yersinia. La enfermedad se presenta típicamente después de que el cuerpo ha combatido la infección inicial, con los síntomas de artritis apareciendo semanas después.

SÍNTOMAS

Los síntomas de la artritis reactiva pueden variar, pero comúnmente incluyen:

  • Dolor e hinchazón en las articulaciones, especialmente en las rodillas, tobillos y pies.
  • Inflamación ocular (conjuntivitis).
  • Problemas urinarios, como aumento de la frecuencia de micciones o malestar durante estas.
  • Hinchazón severa de los dedos de las manos o de los pies, que pueden parecer salchichas.
  • Dolor en la parte baja de la espalda, que tiende a ser más severo por la noche o por la mañana.
  • Lesiones en la piel, como aftas y sarpullidos en las palmas de las manos y las plantas de los pies.

DIAGNÓSTICO DE ARTRITIS REACTIVA

El diagnóstico de la artritis reactiva se basa en la combinación de síntomas clínicos y antecedentes de una infección reciente. No existe una prueba específica para diagnosticar esta condición, pero se pueden realizar cultivos y serologías para identificar la bacteria causante. Los niveles elevados de ciertos marcadores inflamatorios en la sangre, como la proteína C reactiva (PCR) y la velocidad de sedimentación globular (VSG), también pueden apoyar el diagnóstico.

TRATAMIENTO DE ARTRITIS REACTIVA

El tratamiento de la artritis reactiva se centra en controlar la inflamación y aliviar los síntomas. Las opciones de tratamiento incluyen:

  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) para reducir el dolor y la inflamación.
  • Antibióticos si se identifica una infección bacteriana activa.
  • Fármacos inmunosupresores, como metotrexato o sulfasalazina, en casos más severos.
  • Fisioterapia para mantener la movilidad articular y de la columna.

FACTORES DE RIESGO

Los factores de riesgo para desarrollar artritis reactiva incluyen:

  • Edad: Es más común en adultos jóvenes entre 20 y 40 años.
  • Sexo: Los hombres tienen más probabilidades de desarrollarla después de una infección de transmisión sexual, mientras que ambos sexos tienen igual probabilidad tras infecciones alimentarias.
  • Factores genéticos: La presencia del marcador genético HLA B27 aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad.

En resumen, la artritis reactiva es una condición compleja que requiere un enfoque multidisciplinario para su manejo, incluyendo el control de la infección subyacente y el tratamiento de los síntomas inflamatorios.


REFERENCIA

Selmi C, Gershwin ME. Diagnosis and classification of reactive arthritis. Autoimmun Rev. 2014; 13(4-5): p.546-549. doi: 10.1016/j.autrev.2014.01.005

Adizie T, Moots RJ, Hodkinson B, French N, Adebajo AO. Inflammatory arthritis in HIV positive patients: A practical guide. BMC Infect Dis. 2016; 16(1). doi: 10.1186/s12879-016-1389-2

Fox C, Walker-Bone K. Evolving spectrum of HIV-associated rheumatic syndromes. Best Pract Res Clin Rheumatol. 2015; 29(2): p.244-58. doi: 10.1016/j.berh.2015.04.019


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